No cabe duda de que Óscar Alfaro, quien supo combinar con maestría la imaginación infantil y el juego de palabras, seguirá siendo el mejor escritor para niños; más todavía, en su condición de hombre comprometido con la realidad social, cultivó una poesía revolucionaria y de reflexión, porque tenía el corazón al lado de la causa de los marginados y desposeídos; una constante ideológica que se aprecia con nitidez en su obra escrita con coraje, sencillez y belleza.
La obra de Óscar Alfaro sigue vigente, a pesar de los cambios históricos que se han suscitado en las últimas décadas en Oriente y Occidente, pues en el mundo sigue primando la injusticia y la depredación de la naturaleza, mientras los ideales de libertad siguen buscando un asidero en los versos de los poetas enamorados de la paz, la libertad y la justicia social.
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